Desde este viernes 30 de abril y hasta el domingo 2 de mayo llega al Teatro Principal “Bla Bla Coche”, una comedia de Eduardo Galán y en la que el actor Pablo Carbonell, interpreta a su protagonista.

TP: ¿Qué queréis decir exactamente cuando decís que BlaBlaCoche es una comedia con toques de thriller?

PC: Bueno, eso es una cosa de marketing que yo no se lo que es, pero efectivamente sí, la comedia en este caso adopta un tono digamos “peligroso”.

TP: En toda comedia tiene que haber un conflicto, en esta, el conflicto va por ahí.

PC: Sí, es necesario un conflictoy en este caso, sobre todo el personaje de Ania y el mío se enfrentan continuamente porque ella es una pacifista, feminista, muy activista, animalista y yo soy lo opuesto.

TP: Hablemos de tu personaje. Ramiro, en la obra, poco tiene que ver contigo en muchos aspectos, ¿cómo es ese trabajo como actor para interpretar a alguien tan distinto a ti?

PC: El trabajo de actor es entender a todo el mundo porque creo que la gente que nos dedicamos al mundo de la escena, debemos establecer puentes entre las personas y los actores, los establecemos con nuestros personajes. Yo escucho a este hombre decir algunas barbaridades que nunca diría en mi vida, y comprendo por qué lo dice e incluso valoro el valor que tiene de decirlas. No es un nazi, es un militar que está traumatizado y eso también ayuda a comprenderle. Todos en realidad somos un abanico de personalidades.

TP: Entonces entiendo, que a pesar de eso, te ha dado también cosas buenas, es gratificante igualmente.

PC: Es que en realidad, Eduardo no ha escrito un personaje ilógico o tremendamente dictatorial, mandón… Es un tipo un poco borde, pero entendible y se hace querer.

TP: Ahora que nombras a Eduardo… ¿Cómo te tomaste tú este proyecto o cómo fue el proceso?

PC: La primera función que yo hice fue de Eduardo Galán. Anteriormente me había ofrecido otra que era sobre el tema psiquiátrico y no la quise hacer porque para mi era muy complicado tomarme este tema como comedia. No sabía cogerle el tono. Pero bueno, esta era una propuesta un poco innovadora por el tema del coche y el viaje, hacer una road movie en escena me pareció muy atractiva y yo me muevo por retos, así que dije: “Adelante, vamos”.  Y efectivamente, montar obras de teatro es lo que más me gusta. Hacerlas también, y hacerlas mil veces no me importa porque siempre son diferentes. Pero sobre todo, ponerlas en pie, me parece por supuesto, un acto de fe, fe en algo que está en un papel y de repente tiene cuerpo, y creer que eso puedes llegar a hacerlo, convertirlo en vida, es maravilloso.

TP: Supongo que tiene que ser gratificante vivir ese proceso, ver que funciona y el feedback que habéis tenido hasta ahora es que funciona.

PC: Sí, funciona y la gente se ríe y aplaude. No se si es que me estoy volviendo muy sensible, pero, cada día me gustan más los aplausos, cada día me gusta más escuchar al público.

TP: Comentabas antes la perspectiva que veis desde el escenario, que notáis que esos aplausos son diferentes a los que eran antes de la pandemia.

PC: Percibo gratitud.El público necesita fantasear, imaginar, salir de la realidad, olvidar el drama que estamos sufriendo todos. Es muy alto el precio que estamos pagando socialmente… Y se que dentro de poco tiempo, espero, nos va a parecer que no ha pasado. Tengo muchas ganas de que llegue ese día.

TP: Un tema que tenemos que comentar es el tema del coche, casi es el 5º personaje.

PC: Sí, a mi me tiene cabreadísimo, detesto el coche. Me encantaría hacer la función con una silla, con ruedecitas (ríe).

TP: Y por último, hablábamos del papel de los personajes. ¿El público qué papel tiene en esto?

PC: Los espectadores, simplemente por el esfuerzo fantástico que hacen de creer que están viendo unos personajes viajando, ya hace mucho. Y luego su respiración, su atención ya para nosotros es muy válida. Y el público no tiene que hacer nada más: venir y disfrutar.