Desde el jueves 13 al domingo 16 de mayo llega al Teatro Principal “La casa de Bernarda Alba”, una obra clásica de García Lorca, en la actriz Luisa Gavasa forma parte del elenco.
¿Qué vamos a encontrar en esta adaptación que llega a nuestro teatro?
Es una adaptación que por una parte es muy clásica en el mejor sentido de la palabra. No hay ningún montaje futurista. José Carlos plaza ha sido absolutamente fiel al texto de Lorca y a lo que yo creo que es la esencia de La casa de Bernarda Alba.
Si alguien viene a la función pensando que se va a encontrar una cosa muy novedosa, se va a decepcionar, porque es Lorca en estado puro.
Aunque sea fiel a García Lorca, ¿Cuál crees que es la diferencia más clara entre esta adaptación y la obra clásica?
Ha eliminado algunos personajes como las criadas. Era muy complicado en estos momentos hacerlo, teniendo en cuenta nuestra compañía que ya somos ocho mujeres, más grande. Esos textos se los ha incorporado a Poncia, por lo que a nivel textual, esta función es totalmente fiel al original de Lorca.
¿Qué mensaje crees que transmite a los personajes?
Tendría que verlo como espectadora. Lo que a mi me llega como actriz, que veo mucho desde fuera, es ese mundo cerrado, claustrofóbico, ese mundo patriarcal que lo ejerce una mujer. Ese yugo donde cinco mujeres quieren vivir, se sienten jóvenes, quieren tener sexo, y están absolutamente castradas y anuladas por esa fuerza oscura de Bernarda Alba. Es una cárcel. Creo que es un texto que da mucho para reflexionar a día de hoy.
Decís que la mejor reflexión o lectura de la obra desde hoy, siglo XXI sería ¿De dónde viene ese poder establecido que parece inamovible? ¿Tú qué contestarías?
Viene de un patriarcado, viene de una sociedad donde todavía la palabra del hombre pesa más. Que todavía las madres educan a las hijas para casarse y a los hijos para estudiar. Donde la relación de hermano y hermana, el chico podía salir por la noche y la chica no. Todo esto a otros niveles, porque claro, el tiempo va evolucionando.
Yo tengo una nieta que tiene 21 años y me comenta de compañeras suyas de la universidad que el novio les revisa el móvil, que les dice si tiene que llevar la falda más o menos larga o que se pinten los labios, a mi, que tengo 70 años, viene un muchacho a decirme eso y me dura 3 segundos.
Tú vas a las manifestaciones del día 8 y ves que las mujeres seguimos luchando por lo mismo. Quizá hay menos margen de feminicidios… pero seguimos, lamentablemente. Es muy bonito ir con mi nieta, pero también muy triste.
¿Ves a Bernarda como opresora o como víctima de la sociedad en la que vive?
Es una opresora. Bueno, no deja de ser una víctima en cuanto a que ella es la primera que se reprime. Pero para mi es la imagen de la opresión. La mujer que no permite la libertad ni que crezca nadie.
El miedo está muy presente, miedo al cambio, a la desobediencia, al desequilibrio… ¿Qué podrías decir del papel que tiene el miedo en la obra?
Fundamental. Porque en esa casa no puedes ni hablar. Si no puedes ni hablar… imagínate de todo lo que te privan. No puedes expresarte en voz alta porque todo es el miedo. El miedo a la crítica, como dice un personaje. Circunda la casa. El miedo a que las vecinas escuchen, el miedo a que las vecinas vean si María Josefa se cae al pozo, el miedo a que una vecina vea si Pepe el romano va a una ventana o a otra. Viven en un terror constante. Y cuanto más reprimes algo es cuando explota. La eclosión es absoluta.
¿Qué ha significado para ti volver a los escenarios después de tanto tiempo?
Yo si te soy sincera el parón lo he vivido como poco parón porque yo no he parado de trabajar en otros territorios. Lógicamente he vivido la pandemia como todo el mundo y lo he notado, pero afortunadamente no de una manera que me haya puesto contra las cuerdas. Pero volver al teatro significa muchísimo. En esta etapa de mi vida y, sobre todo, volver a Zaragoza, de donde salí para ser actriz. Me cuesta mucho no emocionarme cuando hablo de todo esto porque yo dejé esta ciudad hace muchísimos años porque quería ser actriz profesional apoyada por unos padres que lo entendieron. Este teatro ha supuesto para mí momentos maravillosos y de aprendizaje, y volver con esta función, con estas compañeras, es un orgullo por una parte, pero sobre todo lo que tengo es la emoción absoluta de volver a empezar. Es como si ahora volviera a empezar después de tantos años. Me siento primeriza. Y lo estoy disfrutando desde esa posición, que es la de descubrir otra vez el teatro, que es maravilloso.